Una servidora, la que suscribe, tiene 33 años y pasa por periodos de absoluta necesidad de desatar sus instintos maternales a otros en los que sólo con pensar en un hijo se va por la pata pabajo. Como no me aclaro ni yo misma, conmigo misma, he comenzado con este blog de pros y contras a manera de reflexión de esas, como las que hacíamos con las monjas en la semana de ejercicios espirituales.
Me gusta muchísimo leer, mucho mucho, leer y releer. Si un libro me ha gustado lo leo y lo releo de vez en cuando, sólo por el placer de disfrutar de lo bien escrito que está. Antes leía de todo, ahora con los años me he vuelto más selectiva, soy consciente de que el tiempo es limitado y no voy a poder leer todo lo que quisiera, así que procuro evitar las guarreridas, españolas o extranjeras.
Me gusta el cine, de todo tipo y condición, menos (ays!!) muchos de los títulos del cine patrio, que es que me sacan de quicio. Las americanadas patateras, también me sacan bastante de mis casillas.
Me gusta Bach, mejor dicho, Bach es mi religión. No admito discusión sobre el asunto. Estoy convencida de que era un ser superior venido de otra galaxia o dimensión, porque lo que consigue con su música roza lo místico y lo milagroso.
Me crispan los incompetentes, las personas que gritan y los que te cortan y no te dejan terminar de explicar algo. Me revienta cuando todas esas condiciones se reúnen en una única persona y esa es mi jefe.
Me encabrona sobremanera que un niño toque los webs en un restaurante o café y el papá y/o mamá incompetente pasen del tema o te miren con una sonrisa y te digan, los niños, ya se sabe.... Pues no, no se sabe. Yo no montaba esos Cristos, y si lo hacía mi madre-sargento no me disculpaba, me abroncaba para que no molestara.
Y poco más, qué simple soy, de verdad, que vida más triste la mía que se resume en estas cuatro bobadas....
Bonita (papa dixit)
P.D. Se me olvidaba, lo que me cuesta horrores horrorososos soportar: tener una conversación sobre vinos con un francés. En general, cualquier cosa en la que estén franceses de por medio. Merecen morir.